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martes, 14 de febrero de 2017

LA ERMITA DE LA VIRGEN DE VALME


La Ermita de la Virgen de Valme se encuentra en el barrio sevillano de Bellavista, al sur de la capital hispalense y a un salto del termino municipal de Dos Hermanas.


Según la leyenda el origen de esta ermita la encontramos en el S XIII. Dando cumplimiento a su promesa, el rey Fernando III el santo, tras la conquista de la ciudad, ordena a construir en el cerro de Cuarto, también llamado de Buenavista, una capilla de estilo mudéjar. En ella colocó la imagen de la Virgen y a sus pies el pendón del rey moro. En la actualidad tanto la Virgen como el pendón se encuentran en la Parroquia de Santa María Magdalena, en Dos Hermanas.

La leyenda nos cuenta que estando las tropas apostadas sitiando Sevilla, la escasez de agua potable se hizo notar.  San Fernando imploró a la Señora con estas palabras "Valedme Señora, que si te dignas hacerlo, en este lugar te labraré una capilla, en la que a tus pies depositaré como ofrenda el pendón que a los enemigos de Castilla y a nuestra Fe conquiste". La leyenda entonces añade que mandó al maestre Pelay Pérez Correa a clavar su espada en el suelo y de ella emanó agua al instante para calmar la sed de sus tropas y caballos. En la realidad, a poca distancia de donde se encuentra la Ermita existe un barrio, ya término municipal de Dos Hermanas, llamado Fuente del Rey. En ella existe un manantial subterráneo que forma una pequeña laguna.

En un principio la Ermita debió de ser pequeña y sencilla, casi un oratorio, exclusivamente para albergar a la imagen gótica invocada por San Fernando, que recibió el nombre de Valme, en recuerdo de la súplica del monarca. 


Poco después se le fue agregrando nuevas construcciones, que sirvió para albergar al Santero y a los peregrinos que hasta allí llegaban para venerar a la Santísima Virgen, sobre todo en las fechas de su fiesta, que por entonces se celebraba el segundo día de la Pascua de Pentecostés.  

A través de los anales de Sevilla recogido por Diego Ortíz de Zúñiga, junto a la Ermita existía la casa y molino de la polvora donde el Rey Santo tuvo sus alojamientos y reales. El día 27 de Octubre de 1667 a las cuatro de la tarde, salió volando dicha casa consecuencia de una explosición, y con ello, la ermita también quedando totalmente en ruinas. En los siguientes años se procedió a su reconstrucción con mayor amplitud a la original. 

Durante la primera mitad del S. XVIII se realizan obras de mejoras y ampliación de la Ermita, sufragada por la familia Rivas.


En el año 1800, como consecuencia de la epidemia de la fiebres amarilla, la Virgen de Valme fue trasladada en rogativa a la localidad de Dos Hermanas. La Ermita sufre un periodo de abandono y declive, llegando a la mas absoluta ruina.

La novelista de origen alemán y afincada en Sevilla, Celia Böhl de Faber (conocida con el seudónimo de Fernán Caballero), a través de su novela "La familia de Alvareda", describe el estado de abandono y ruina que se encuentra la Ermita. Esta novela es leída por los Duques de Montpensier, Antonio de Orleans (hijo del Rey de Francia) y María Luisa Fernanda (hermana de la Reina Isabel II) a lo que le unía una amistad con la autora. Mostraron su interés para que se volviera a dar culto a la Virgen en su capilla. Por ello el 30 de Mayo de 1859 y como agradecimiento del nacimiento de su hijo Fernando, nombre en honor al rey Santo, deciden patrocinar las obras de restauración.

El proyecto de restauración fue realizado por Balbino Marrón, arquitecto municipal y amigo de la familia, dando comienzo en Junio y finalizando el 24 de Septiembre del 1859. En el proceso de restauración intervienen artistas del círculo de los Montpensier, tales como los pintores  Cabral Bejarano y Juan Lizasoaín y el arquitecto José María Ríos, colaborador de Marrón.



El 9 de Octubre de 1859 la Virgen vuelve desde la Parroquia de Dos Hermanas hasta la Ermita. Ese día fue bendecida por el Cardenal-Arzobispo de Sevilla, monseñor Manuel Luis Tarascón. 

Durante los siguientes diez años, la Virgen recibió culto en la Ermita, como así lo dispusieron los duques, sufragando los gastos que ello conllevaba e incluso los gastos de la capellanía, que fue obstentado por el sacerdote José María Ruiz y García

Como consecuencia de los hechos revolucionarios acarecidos en los años 1868, ante el miedo de poder ser destruida de nuevo la ermita, el pueblo de Dos Hermanas decide llevar a la Virgen nuevamente a esta localidad. El traslado se realiza una año después, permaneciendo desde entonces y hasta nuestro días en la capilla Sacramental de la Parroquia de Santa María Magdalena. 



El poeta Lamarque de Novoa promueve obras de mejoras en la Ermita e impulsa la recuperación como lugar de culto público. Para ello fomentó el nacimiento y la realización de una romería anual  que llevara a la Virgen a la Ermita. La primera Romería de Valme se realizó en 1894.


La Ermita tiene planta de una sola nave, con techumbre de madera a dos aguas y una pequeña sacristía adosada al templo. El estilo es neomudéjar y destaca del exterior el aljímez sobre la puerta de entrada, con dos arcos de herradura que enmarca la vidriera con el escudo de la hermandad. 


Una airosa espadaña corona la fachada principal, bajo la que abren, a ambos lados, unas almenas escalonadas.


En el interior destaca su retablo dorado, de estilo rococó, fechado en 1788 y de autor desconocido. 




domingo, 12 de febrero de 2017

LA PLAZA DE SAN FRANCISCO


Ya, desde el S. XIII se le conoce a este espacio con la denominación de Plaza de San Francisco. Topónimo que lo toma del convento que bajo esta abocación existía en la zona y cuya entrada principal la hacía por esta plaza.

Entrada principal de lo que fue el convento de San Francico
Al desempeñar las funciones de Plaza mayor de la ciudad, la denominación sufrió cambios, en función del estado político en el que se reflejara el momento. Por lo que pudo lograr mantener el nombre hasta principios del S. XIX. 

Ya en 1812, con la proclamación de la primera Constitución española, la plaza pasó a llamarse con ese nombre. Dos años mas tardes, se restaura el absolutismo y pasa a llamarse Plaza Fernando VII. En 1820 coincidiendo con el levantamiento de Riego en las Cabezas de San Juan, recupera el nombre de Plaza de la Constitución. En 1823 con una nueva reacción absolutista, pasa a llamarse la Plaza del Rey. Diez años mas tardes Plaza de Isabel II, hecho que coincide con la proclamación como reina, para que dos años después pase a llamarse de nuevo de la Constitución y cuando al año siguiente esta es jurada por la reina, pasa a conocerse como Plaza de la Constitucion de Isabel II. Este nombre se mantiene hasta 1840 en el que nuevamente pasa a llamarse Plaza de la Constitución.  

En 1873 con el advenimiento de la I República, se acuerda designarla como Plaza de la Libertad para que un año después nuevamente recupere el de Constitución. 

En más de una ocación este cambio de nombre iba acompañadas por intervenciones populares, procediendo a la destrucción del rótulo y colocación del nuevo rótulo de forma apresurada. En el zanjuán de entrada de la antigua Audiencia se conserva un grueso mármol, con el nombre de Constitución en letras de bronce, aparecidas en las excavaciones para las últimas obras de restauración del edificio.   

Foto del 1858 del fotógrafo francés afincado en Sevilla, Luis León Masson.
En 1931 pasa a llamarse como la Plaza de la República de nuevo. En 1936, una vez que el movimiento militar logra controlar la ciudad, pasa a llamarse Plaza de la Falange Española, partido político fundado por José Antonio Primo de Rivera en 1933. Ya en 1980 toma de nuevo el nombre de Plaza de San Francisco, topónimo que conserva hasta nuestros días. 

Fotografía de la Plaza de San Francisco en 1860. Autor Louise de Clercq.
 Podemos ver la fachada del Ayuntamiento y la Pila del Pato.
Sin embargo y a pesar de cual fuera el nombre oficial que adquiriera, siempre ha sido conocida de forma popular como "La Plaza de San Francisco" 

En 1729 un sector situado en el noroeste de la Plaza, fue conocida de forma oficial como Plaza de las Provincias.

En los primeros siglos de la época Andalusí, los terrenos donde se ubica la Plaza de San Francisco pertenecería a las periferias urbanas. Cerca estaría una de las puertas de acceso a la ciudad y en la inmediaciones un cementerio. Con la construcción de la nueva muralla almoravide, queda ya en el interior urbano de la ciudad.

Son pocos los cambios que ha sufrido y desde la Baja Edad Media tiene practicamente las mismas dimensiones y forma tropezoidal que tiene en la actualidad, salvo cortos retranqueos en el lado norte y sur y alineaciones de viviendas en el lado Este.

En 1416 el Rey Fernando el católico, ordena que se construyera un pilar o fuente en la plaza y que se dotara de dieciocho pajas de agua procedente de los Alcázares que a su vez recibía de los Caños de Carmona. En 1539 se levanta la fuente sobre diseño de Asencio de Maeda. Fuente que su terminación tenía la figura mitológica de Mercurio. La figura de bronce fue dañada en actos vandálicos en multitud de ocasiones hasta que en 1611 se decide retirarla definitivamente y fundirla.

En 1717 el maestro canterano Juan de Iglesias construye una nueva fuente de piedra, rematada con una giraldillo de bronce. Esta fuente permancerá allí hasta que en 1850 fue sustituida por la que después fue popularmente conocida como la "Pila del Pato". En 1872 se colocó en el centro de la plaza y a ambos lados se construyeron dos pilas para el uso público, por lo que pasa a ser un elemento ornamental. La fuente permanece allí hasta 1880 en la que fue trasladada a la Alameda de Hércules. 

Fotografía del 1870. Este año se construyó el castillete donde va el reloj del ayuntamiento.
 En 1929 se sustituye por la actual espadaña.

Casi un siglo se llevó la plaza sin fuente, hasta la reordenación realizada en 1979, en la que se procede a montar la actual fuente denominada "Fuente de Mercurio", por estar rematada por dicha figura mitlógica en bronce. La obra es de Rafael Manzano Martos.

Fuente de Mercurio. Obra de Rafael Manzano año 1979
En 1694, el Cabildo ordena montar una Cruz de piedra de jaspe, junto al arco que daba acceso al convento de San Francisco. Esta cruz permanece hasta 1840 que por razones estéticas, según un versión o por que se rompió, según otras versiones, se desmontó y años después fue sustituida por la actual. 

Cruz de la Inquisición actual

Se tiene constancia de que la plaza estuviera "ensolada" desde 1432 y empedrada en 1576. Era cubierta de arena para las corridas de toros, que se celebraban en este lugar hasta la construcción de la Real Maestanza. Este sistema de pavimentación fue utilizado a lo largo de los S. XVI y XVII. Destacar que en el año 1617 se efectúa obras de canalización subterráneas de aguas y por lo tanto de nuevo empredrado.

En 1866 es adoquinada por primera vez y en la siguiente década asfaltada. Se dota de acerado entre los años 1907 y 1918.

El aspecto actual se corresponde con la reurbanización realizada en el 1979. Donde se recupera el adoquinado original. En el frente sur, con objeto de recuperar la fuente, se dispuso una zona circular mas elevada de chino lavado, con fajas radiales de adoquines, que convergen en esta. Dos farolas Fernadinas de cinco brazos y dos laureles d Indias completan este espacio


En el S. XVI se usaba barriles de alquitrán para iluminar la plaza con motivo de acontecimientos que allí se celebraban. En 1870 hay contancia de farolas a gas, sustituídas en 1902 por alumbrado eléctrico. Actualmente la plaza se encuentra iluminadas por columnas de fundición modelo Fernandino, de tres brazos en el lado del ayuntamiento y simple en el acerado de frente y las de cinco brazos en el acerado del banco de España como ya mencionamos. 


Las primeras referencias de edificación de la zona se tiene ya en el S. XIII, cuando el rey Alfono X el Sabio concede terrenos de la zona para la edificación de una mezquita a la colonia genovesa, en el lugar en el que hoy se levanta el Banco de España. Además se autoriza la construcción del Convento de San Francisco en los terrenos que ocupa hoy la Plaza Nueva. También consta que en 1461, aledaño al convento se construyera en madera la pescadería mas importante de la ciudad. En 1461 se construyó en ladrillo y en 1493 se trasladó a las Tarazanas. En este espacio en 1527 comienzan las obras de construccion de la Casa Consistorial, obras finalizadas en 1564. Las obras fueron dirigidas por el arquitecto Diego de Riaño hasta que en 1535 fue sustituido por Juan Sánchez.

Actual fachada del Ayuntamiento de Sevilla, de estilo plateresco
En el frente opuesto, al menos en 1481 se encontraba el edifio de la Cuadra de la Justicia y en ella se instaló años después la Real Audiencia. 


En 1595 se levantó de nueva planta. En 1605 se realizaron nuevas obras y en 1824 se renovó la fachada, instalando un reloj. En 1879 el edificio sufrió un incendió, sin apenas sufrir daños, no así el sufrido en 1918, que posiblemente fuese intencionado. Aníbal González dirige las obras de restauración del edificio, inaugurándose en 1924.

Incendio de la Real Audiencia de 1918
En la década de los años 1960 la Audiencia fue trasladada al Prado de San Sebastián, siendo el edificio adquirido por una entidad bancaria para su sede central. El edificio fue restaurado por el arquitecto Rafael Manzano, donde respeta la fachada neorrenacentista de Anibal González.

Antiguo edificio de la Real Audiencia, propiedad de una entidad bancaria, tras la restauración realizadas en la decada de 1970 por el arquitecto Rafael Manzano 
El resto de viviendas de la plaza, estaban formadas por casas con soportales en la planta baja, donde se ubicaban distintas actividades y balcones en las plantas altas, donde sus propietarios los alquilabas para la asistencia en grandes eventos, como corridas de toros, actos de fe, etc. Hay constancia de que los edificios tenían  soportales, desde al menos en el S. XIII, a principio de madera y fueron siendo sustituídos por otros de piedra, mármol o material. Sus dimensiones eran lo suficiente grande como para que se pasara en caballo por debajo.

Fotografía realizada en 1862 por Alejandro Massari
.Las actuales edificaciones son del primer cuarto del S. XX, respetándose el parcelario medieval de planta alargada y fachada estrecha. 
Cabe destacar la casa nº 10, obra de José Gomez Millán (1914); la nº 11 de Juan Talavera Heredia (1914), donde estuvo la farmacia Fontán y en la actulidad propiedad de una entidad bancara; la nº 12 también recuperada por una entidad de ahorro y la nº 13, obra de José Espiau y Muñoz (1911-1913)


Lado este de la Plaza de San Francisco en la actualidad
Las viviendas existentes en su lado sur, fueron derribadas en 1918. Ese mismo año se proclama vencedor Antonio Illanes del Río, de un concurso para el proyecto de construcción del Banco España. Las obras se ejecutan entre 1925 y 1928 en la parcela derribada. 


Lado norte de la Plaza de San Francisco.
En su lado norte encontramos el edificio conocido en Sevilla como Laredo. Toma su nombre del antiguo e histórico Bar Laredo, que se instaló en el inmueble en 1945. Se trata de un claro ejemplo de arquitectura regionalista sevillana. Edificio de cinco plantas, con fachadas en ladrillo visto tan popular en el primer tercio del S. XX, con rasgos tan singulares de su estilo arquitectónico como las rejas o la cerámica. El proyecto empieza a construirse en 1918 bajo la dirección de Ramón Balbuena y Huertas y fue finalizada en 1927 bajo la dirección de Maneul Cuadrillero Sáez.

Fotografía del lado sur de la Plaza del 1880

miércoles, 8 de febrero de 2017

LA CAPILLA DE SANTA MARÍA DE JESÚS


Si paseas por Sevilla y en concreto por la Puerta de Jerez y la Avenida de la Constitución, te tropezarás con esta pequeña joya. Se llama la Capilla de Santa María de Jesús y es de la construcciones mas antiguas que podemos ver en la avenida, junto a la Catedral, el Archivo de Indias y la torre de Abd el Aziz. El resto de edificios son del primer cuarto del S. XX

Fue la capilla de la primera universidad de Sevilla, construida en 1506 con fondos del propio Maese Rodrigo de Santaella y gracias a la bula papal otorgada por Julio II. El edificio universitario, como ya comentamos en una publicación anterior, desapareció con las obras de alineación y apertura de la avenida y del casco histórico, hacia los terrenos donde se desarrolló la Exposición Iberoamericana de 1929.

El edificio universitario, mpieza a construirse en la zona ese mismo año y no finaliza hasta tres años después de la muerte de Maese Rodrigo. Su actividad escolar se alarga hasta 1822, siendo clausurada la activdad en 1836 en la que fue cedida a la diocesis destinándola a Seminaria Conciliar. El edificio fue derribado en 1920, salvándose la capilla al ser declarada Monumento Nacional, gracias a la iniciativa de José Gestoso



El edificio es de estilo Gótico-Mudejar tardío, con partes terminadas en ladrillo visto. Podemos ver tres fachadas, la principal que se encuentra hacia la Avda. de la Constitución, la de la Epístola que la vemos desde la Puerta de Jerez y la del ábside que la vemos desde la calle San Gregorio.

Para acceder a la capilla en su origen, se hacía a través de un patio interior del edifico. Esta fachada fue contratada para su construcción a Martín Sánchez en 1514. En ella vemos una pequeña portada realizada en ladrillo visto de dos tonos de color y consta de un arco conopial y enmarcado por un alfiz.

Puerta principal de la capilla

Cuando se produjo el derribo del edificio, esta fachada quedó vista desde la Avenida de la Constitución y su acceso se hacía desde un pequeño atrio ajardinado. En la última reforma llevada a cabo se descubrió su solería original, el cual podemos ver en la actualidad.

Solería original

En la fachada de la Puerta de Jerez vemos una hermosa ventana gótica con arquivoltas y tracerías. También encontramos una lápida con una grabación latina en la que hace referencia a su fundación. Remata la fachada dos ventanas cuadradas añadidas en la reforma realizada en el S. XVII y sobre el muro se encuentra coronado por merlones escalonados de estilo Omeya.


Ventana gótica

Fachada hacia la Puerta Jerez donde se encuentra ubicada la ventana gótica


Lápida de mármol donde hace alusión de la fundación de la universidad

La fachada que da hacia la calle San Gregorio solamente hay dos detalles que se puede destacar, una pequeña ventana (casi una saetera) y una gárgola


Fachada a San Gregorio
El último elemento que merece mención es la espadaña. Está hecha con ladillo bicromo que se levanta sobre el prebisterio rematada con unas almenas escalonadas.

La espadaña


Al atravesar la puerta hacia el interior, nos encontramos una sola nave, dividida en tramos separadas por un arco toral apuntado y adornados por cardinas. 





En el tramo descubrimos una bonita cubierta de artesanado de madera y en el presbiterio una bóveda de crucería gótica con terceletes.

Cubierta del Presbiterio

Cubierta artesanal de madera
Al fondo vemos uno de las obas más importante del pintor alemán afincado en Sevilla, Alejo Fernández realizado en el 1520. El retablo atiende a una estructura característica al gótico tardío, al estar formado por sotobanco, banco, dos cuerpos y cinco calles, aunque las pinturas muestran ya las novedades del Renacimiento Italiano.


 En el banco figuran seis tablas que representan tres obispos, un Ecce Homo y una imagen de la Virgen con el Niño de estilo bizantino, probablemente traída de Italia por el fundador.

En el primer cuerpo vemos en las calles laterales a los cuatro Padres de la Iglesia Occidental, San Ambrosio de Milán, San Agustín de Hipona, San Jerónimo de Estridón y a San Gregorio Magno. En el centro vemos a la Virgen de la Antigua y a sus pies a Maese Rodrigo de Santaella ofreciendole la nueva universidad.

  
En el cuerpo superior vemos a San Gabriel, San Rafael, San Pedro y a San Pablo y en la calle central una escena de Pentecostés.

A pie del retablo se encuentra la tumba del fundador Meese Rodrigo de Santaella.

A la derecha del retablo, vemos una Virgen Imaculada con el Niño.

En los muros laterales cuelgan varias pinturas de mediano interés. Sobre la puerta de acceso a la sacristía encontramos una tabla con la  Virgen de la Antigua del S. XVI y en la primera nave, en el muro izquierdo destacamos una copia de la Adoración de los Pastores de un imitador de Ribera.