Se me viene el recuerdo, no muy lejano, cuando después de una jornada de compras por el centro, tocaba ir a casa y te disponía a coger el autobús de vuelta.
Retenido en mi memoria, como si lo estuviera viendo ahora, esos viejos autobuses del transporte urbano girando en la plaza para volver a empezar el recurrido y parando en ella en su parada terminal de línea, los minutos necesarios para regularizar los tiempos.
En esos momentos, memoria de mi niñez, cuando veo esa fuente echando agua y los conductores de los viejos autobuses, en ese pequeño descanso, aprovechando para refrescarse con un sorbo de agua fresca de la fuente, en los calurosos días del verano. Que tiempo aquellos.
Y llegó el modernismo, la solución de esa prometida plaza de abasto que permaneció tantos años provisional, con un edificio, al que si soy sincero me gusta, pero no a costa de mutilar lo clásico, lo bueno de antes, la fuente de la Plaza de la Encarnación.
Esta foto es sacada del blog http://auladehistoriamccb.blogspot.com.es/ la cual recomiendo su visita |
Esta pequeña fuente, de autor desconocido y de estilo barroco, fue realizada en mármol con una taza de planta circular en la base y de su centro se levanta un cuerpo que hace de surtidor. Coronado por un remate decorado con cuatro carteles, portado por otros tantos ángeles. En su parte central vemos otro elementos decorativos como máscaras zoomórficas, que era por donde salía el chorro de agua.
Como podemos leer en los carteles que la coronan, como si su autobiografía se tratara, la plaza y la fuente avanzan cogidas de la mano, sufriendo los cambios a través del tiempo.
Construida en el año 1720, cuando reinaba Felipe V, se montó en la placita junto al desaparecido convento de la Encarnación. No hacia funciones meramente ornamentales, si no que también la de abastecer de agua potable, transportada desde los caños de Carmona, en el siglo XVIII. Vaya, es curioso, así he empezado mi relato, con el recuerdo de los conductores de los autobuses bebiendo y refrescándose en ella 250 años después.
Con la invasión francesa, viene una gran reforma de la plaza. .Como ocurriera con la plaza de Santa Cruz, es ahora el convento de la Encarnación el derribado y en su lugar fue construido el antiguo mercado de abasto montándose en ella la fuente, como testigo del tiempo. Vaya con los franceses, es la segunda vez que me encuentro reformas en la ordenación urbanística realizada por ellos y siempre a costa del sacrificio de un edificio religioso
En 1948 la plaza sufre de nuevo un plan urbanístico, el ensanche de esta para abrir el eje que comunicara la Campana con la antigua Puerta de Osario. El gran perjudicado fue el mercado de abasto, que vio disminuido su superficie al ser demolido parcialmente para acometer el ensanche de la calle. Poco después de empezar las obras, la fuente fue trasladada a su ubicación actual.
Aún verá dos nuevas reurbanizaciones. En 1973, como conseucnecia del mal estado en el que estaba, se demolió totalmente el mercado antiguo, trasladándose de forma provisional a un lugar no muy lejano y dejando un solar durante años en el que se prometía que ese sería el lugar del nuevo mercado. Y la fuente seguía expectante, viva, echando agua.
Hasta que no hace mucho, se irrumpe con la última reurbanización de la zona, al construirse el prometido nuevo mercado de abasto en el solar del antiguo, el Metrosol-Parasol. Golpe casi mortal a nuestra pequeña fuente. Deja de circular el agua, como si de la sangre de nuestro cuerpo lo dejara por las venas. Queda casi escondida entre los árboles y las setas, como si del abuelo se tratara, no supieramos que hacer con él y ahí esta semiabandonado casi 300 años después.
Aún verá dos nuevas reurbanizaciones. En 1973, como conseucnecia del mal estado en el que estaba, se demolió totalmente el mercado antiguo, trasladándose de forma provisional a un lugar no muy lejano y dejando un solar durante años en el que se prometía que ese sería el lugar del nuevo mercado. Y la fuente seguía expectante, viva, echando agua.
Hasta que no hace mucho, se irrumpe con la última reurbanización de la zona, al construirse el prometido nuevo mercado de abasto en el solar del antiguo, el Metrosol-Parasol. Golpe casi mortal a nuestra pequeña fuente. Deja de circular el agua, como si de la sangre de nuestro cuerpo lo dejara por las venas. Queda casi escondida entre los árboles y las setas, como si del abuelo se tratara, no supieramos que hacer con él y ahí esta semiabandonado casi 300 años después.
Por favor que alguien le de vida.